Siempre supe que a la larga este blog abandonado rendiría sus frutos. Ignorado, hecho a un lado, mientras yo coqueteaba con Facebook, intentaba acercarme a Twitter, o depositaba mis más preciados tesoros en el embustero estafador Windows Live Spaces, el leal Blogger Calavera esperaba mi retorno. (¡Qué horror ser tan predecible!)
Ya ven. No sólo esperó que volviera con el caballo cansado, sino que me honró con una bienvenida que no esperaba: me sorprendió con la presencia de dos nuevos amigos. Sí, tengo dos seguidores, Gustavo y Marciano. Cuánto tiempo he perdido en las calles pasando la gorra, cuando acá estaban mis admiradores.
¡Ah, la fama! Un talento como el mio no podía pasar desapercibido para las mentes brillantes. El reconocimiento lo tengo totalmente merecido. Qué sería de mí sin toda esa hermosa gente que me adora.
¡Los amo! Y su fidelidad, queridos Gustavo y Marciano, será retribuida con mi presencia, para que me adoren más seguido.
Y, bue'... Me debo a mi público.
¡Good show!
Muchas gracias por seguirme Marciano y Gustavo. De corazón.
M.C.
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